INTERLOCUCIÓN
CON SECRETARIA DE GOBIERNO Y DEFENSORES Y DEFENSORAS DE DERECHOS HUMANOS ARA LAS ACCIONES
AFIRMATIVAS Y FUNDIUNIDE PARA TRATAR
TEMA DE AGENDA MÍNIMAS DE TRABAJO MUNICIPAL LGBTI
Uno
de los desafíos de este año es crear una agenda colectiva que permita un mayor
impacto y aumente la visibilidad de las iniciativas de las acciones afirmativas.
A
muchas personas todavía les resulta difícil ser abiertamente LGBT y se sienten
obligadas a ocultar esta parte de sus vidas. Por este motivo, nos
estamos reuniendo, activistas, defensores y defensoras de derechos humanos, líderes de organizaciones
(FUNDIUNIDE) y personas interesadas en aportar a la construcción de sociedades
más justas, participaron en una tertulia abierta para discutir los
retos del movimiento LGBT para este 2015.
Para
dar como resultado algunos de los desafíos que activistas, defensores y
defensoras de derechos humanos, líderes
de organizaciones (FUNDIUNIDE) y personas interesadas tiene para este año para el
movimiento LGBT en Barrancabermeja:
1.
Establecer una agenda colectiva: activistas y
líderes de organizaciones enfocadas en temas LGBT, acostumbran fijar sus
objetivos de trabajo según sus conocimientos, experiencia e intereses.
Finalmente es difícil y poco efectivo que una sola persona u organización
intente abarcar todos los temas que atraviesan un movimiento.
Sin
embargo, es claro que el LGBT podría tener un mayor impacto si activistas,
defensores y defensoras de derechos
humanos, líderes de organizaciones (FUNDIUNIDE) y personas interesadas, se
unieran para impulsar una agenda común, al menos en temas de interés general,
como pueden ser la discriminación, la violencia contra las personas LGBT y la
educación en diversidad sexual y de géneros.
Un
trabajo articulado en aspectos clave generaría mayor respaldo y aumentaría la
visibilidad de estas iniciativas en medios de comunicación y redes sociales.
Los buenos resultados del trabajo en equipo son evidentes en las organizaciones
religiosas que se oponen a los derechos de las personas LGBT.
2.
Menos competencia entre activistas, defensores y
defensoras de derechos humanos, líderes
de organizaciones y personas interesadas: lo que implica menos
rivalidades por quién tiene más años de experiencia o es consultado con mayor
frecuencia por los medios de comunicación.
Ahora,
hablar de disminuir las rivalidades no significa dedicarse a elogiarse entre
sí. Tampoco se trata de contratar laboralmente a los amigos, a dedo, sin darles
la oportunidad a otras personas que no son de la “rosca” pero que están más
capacitadas para llevar a cabo una determinada labor.
Aunque
este comportamiento es censurado en cualquier persona, sin importar su
orientación sexual o identidad de género, socialmente es juzgado con mayor
dureza si tiene lugar en un movimiento que habla de igualdad, justicia y
equidad.
Lo
cierto es que será más difícil lograr cambios sociales sustanciales, mientras
persistan las rivalidades entre activistas y organizaciones por cuál es
más influyente o cuenta con mayores recursos económicos.
Aunque
el afán de protagonismo está presente en todos los movimientos sociales -no es
algo exclusivo del LGBT- es importante tener presente que atacar no aporta sino
que destruye. La competencia entre activistas, defensores y defensoras
de derechos humanos, líderes de
organizaciones y personas interesadas también es evidente cuando se cuestiona a
una organización porque trabaja temas que a otros no les interesan o cuando se
increpan procesos porque “no me gustan”.
Alguno
de los líderes manifestó que el “canibalismo” en el liderazgo debilita
energías y la lucha común. “En vez de tener una política de la amistad, hay una
de la competencia”.
Justamente
uno de los retos del movimiento es fomentar nuevos liderazgos para que no sean
“los mismos con las mismas” quienes siempre encabecen las iniciativas. Aunque
la experiencia es importante, vale la pena darles la oportunidad de
aportar a caras nuevas.
3.
Personas LGBT y proceso de paz: la orientación
sexual e identidad de género, ha sido motivo para que algunas personas LGBT
sean víctimas de señalamientos, amenazas, homicidios y desplazamiento
forzado en el marco del conflicto armado de Colombia.
El
Consejo Nacional de Paz, órgano que facilita la participación de la sociedad
civil en el actual proceso de paz, tendrá en 2015 representantes de las
personas LGBT. Por tanto, habrá que hacer un seguimiento de su intervención y
de lo que allí se acuerde.
4.
Subir la autoestima de la población LGBT: aunque
legalmente el país ha avanzado en igualdad de derechos para las personas LGBT,
es evidente que aún existe discriminación por orientación sexual e identidad de
género, y muchas veces incluso entre esta misma población.
Se
cuestiona, por ejemplo, a los hombres
“afeminados” y a las mujeres
“masculinas”. En últimas, se valora a quiénes no se les “nota”.
Esto refleja que aún para muchas personas, ser LGBT es motivo de vergüenza y
por esto son mejor percibidos quienes “pasen” por heterosexuales.
“Hay
que trabajar por una mayor fraternidad en el movimiento. El lema de la
revolución francesa era libertad, igualdad y fraternidad”, dijo en la
tertulia Mauricio
Albarracín, director de la ONG Colombia Diversa.
5.
Más allá del matrimonio y la adopción igualitaria: según
el abogado y activista Alejandro Michells, mucha gente dice: “pero si ya hay
parejas del mismo sexo casadas y
que han adoptado, ¿qué más quieren?”. Aunque en estos dos temas aún falta
mucho por hacer, ese comentario refleja que algunas personas creen que el
matrimonio y la adopción son los únicos objetivos del movimiento LGBT de
Colombia.
Para
Cristina Rojas, del Grupo de padres, madres y familiares de personas LGBT,
algunos activistas y líderes le han prestado mayor atención a la igualdad de
derechos para las parejas del mismo sexo que a las necesidades de las familias
con hijos LGBT o con algún integrante trans.
Otros
temas menos visibles que el matrimonio y la adopción, pero no por esto menos
importantes son: la discriminación laboral y escolar por orientación sexual e identidad de género,
la ley de identidad de género y los menores de edad que
acuden a la prostitución para costear su cambio de género (pasar de hombre a
mujer o viceversa).
También
está la población LGBT adulta desprotegida y lograr que el movimiento LGBT
trabaje de manera más articulada con los movimientos de mujeres, afro o de
personas en situación de discapacidad.
6.
Seguimiento a las políticas públicas LGBT: en primera
instancia, a la nacional liderada por el Ministerio del Interior, para que se
conozca en qué fase del proceso va, en qué se están invirtiendo los recursos y
cuándo va a estar lista.
Este
seguimiento también debe hacerse a la política pública del departamento del
Valle y a las de ciudades como Barrancabermeja, Bogotá, Medellín y Cali (aún en proceso). “La de Bogotá, por ejemplo, dejó
de lado el tema de la niñez, las familias y la vejez”, afirmó Cristina Rojas.
7.
Veeduría al plan de desarrollo LGBT: aunque
la población LGBT está incluida en el plan de desarrollo del
actual gobierno, es importante presionar para que sea más público qué recursos
se van a invertir y de qué manera.
8.
Educación en diversidad sexual y de géneros: la diversidad
sexual y de géneros suele plantearse como un tema exclusivo de adultos,
desconociendo que también contempla a los menores. Para derribar los
prejuicios y mitos que al respecto existen, organizaciones y líderes
pueden trabajar de la mano con directivas de instituciones
educativas, docentes, estudiantes y padres de familia.
Adicionalmente,
muchos jóvenes quieren salir del clóset en sus colegios y con sus familias, pero
no saben cómo hacerlo ni a dónde acudir para recibir apoyo en este
proceso. “Hace falta difundir más historias de salir del clóset. Aunque esto pueda sonar
trillado en Bogotá, en las regiones resultan inspiradoras”, afirmó Carolina
Giraldo activista de Pereira.
Uno
de los desafíos del movimiento es lograr que más personas se sientan con la
confianza y la tranquilidad necesarias para reconocerse como LGBT, sin que esto
implique discriminación o señalamientos.
9.
Incluir más a las regiones en los eventos de Barrancabermeja: apoyar
más a los activistas y a los líderes de otras regiones.
Cuando
se habla de regiones no solamente se hace referencia a los muncipios, sino a
los pueblos y a las veredas pequeñas, especialmente aquellas donde hay menor
presencia estatal y mayor violencia por ser LGBT.
10.
De la mano con los medios: aunque cada vez un mayor
número de medios de comunicación tradicionales incluyen más contenidos
relacionados con diversidad sexual y de géneros, aún muchas veces lo hacen de
manera estereotipada, superficial o sensacionalista.
11.
Lejos de ser “LGBT vs heterosexuales”: lograr
igualdad de derechos para las personas LGBT y que no sean discriminadas por su
orientación sexual o identidad de género, no implica irse lanza en ristre
contra las heterosexuales. En varios escenarios se ha expresado la
importancia de convocar más a esta población en las acciones del movimiento y
este año es un buen momento para hacerlo.
12.
No se las saben todas: líderes y activistas no
tienen la responsabilidad ni los recursos para dar respuesta a todas las
necesidades de las personas LGBT. El Estado es el que está en capacidad
de responder a buena parte de estas. Es una manera de evitar desgastarse
en asuntos que no pueden resolver.
13.
Un mensaje más claro: es aconsejable que líderes y activistas
procuren comunicarse de una manera más clara, menos técnica y agresiva,
para que su mensaje tenga mayor impacto. De igual manera podrían contemplar en
sus discursos y acciones a las personas que quieren mantenerse en el clóset.
14.
No todas las personas LGBT quieren ser activistas: tener
presente que por el hecho de que una persona se reconozca como LGBT no implica
que deba ser activista, ni trabajar por la igualdad de derechos ni tener que
mencionar públicamente su orientación sexual o identidad de género.
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